LOS PADRINOS DE TOKIO (2003) de Satoshi Kon

Antes de comenzar, mencionaremos las dos proyecciones que habrá en esta última semana del 2018. El miércoles 26, el Centro Ruso de Ciencia y Cultura presenta LA PIEL DEL ASNO (1982) de N. Kosheverona Lenfilm a las 7:00 pm y el jueves 27 el Urban Hall proyecta SONATA DE OTOÑO (1978) de Ingmar Bergman a las 7:00 pm. El ingreso es libre en ambas funciones.

 

Hace dos domingos habíamos visto esta interesante cinta animada japonesa que pasa desapercibida para los espectadores que no acostumbran ver animes. Este film es una buena muestra de la variedad de obras notables que hay dentro de este subgénero.

♫Llegó ya… Navidad♫, cantábamos los tres en la mesa mientras admirábamos el ambiente navideño que el bar había adaptado: No solo los arbolitos y Papa Noeles, en los vasos y tazas también estaban adornados con figuras navideñas pero relacionadas con el cine. Las paredes estaban llenos de afiches de películas navideñas del pasado y presente y a eso había que sumarle el chocolate que pedimos. Caliente y dulce, uno ya se sentía en la cocina de su casa esperando las 12.

 

-¿A dónde dices que vas a ir al rato? – le pregunto al empedernido.

 

-Me voy con unos patas de una parroquia que esta por mi casa, causa – me dice mientras combina la cerveza con el chocolate – vamos a ir a Pamplona Alta para repartir ropa y juguetes a esas familias.

 

-No jodas – le replico con admiración y algo de orgullo – Me alegro por ti, hermano. ¿Y cómo así se te dio por hacer eso?

 

-Déjame adivinar –  interviene el crítico  – es por el dibujito ponja del otro domingo ¿sí o no, huevón?

 

-¿Y qué huevón? ¿Qué pasa si sí? – respondió.

 

-¿Qué pasa? Prueba que es un dibujo manipulador. Un festival de miserias para lavar la conciencia del espectador y forzarlo a comprar, consumir… por los pobres.

 

-Cálmate, amigo Ebenezer – le respondo al crítico – si aquí al compadre hace caridad por la película, es por influencia, no por manipulación. Además, ese festival de miserias que tú dices es en realidad un estilo narrativo habitual en el anime, pero novedoso en este valle de lágrimas.

 

 

LOS PADRINOS DE TOKIO fue presentado hace dos domingos en La Casona de Rick y fue la que cerró el ciclo dominical de películas anime que el cineclub había estado pasando en estos últimos meses. Hay muchos quienes piensan que el anime son solo series de acción o de fantasía que solo circulan en la tv y en los puestos de dvd. Sin embargo, el subgénero japonés (y no lo de Japón, también hay de China, Corea, etc) también cuenta con filmes tanto en video como para el cine. Y de esta última pertenece LOS PADRINOS DE TOKIO.

Inspirado por el western de John Ford, LOS TRES HIJOS DEL DIABLO, tres vagabundos, un alcohólico, un travesti y una chica que ha huido de su casa, encuentran en uno de los basurales de la ciudad y en vísperas de Navidad, un bebé. Es a partir de allí donde se inicia un largo recorrido por Tokio para hallar a los padres. El trayecto logra que cada uno plantea su situación así como los motivos de su marginalidad y así poder reconciliarse con el pasado.

 

Hay una proliferación de tonos grises provenientes de los pasajes y calles solitarias que lucen amenazantes en todo momento. Una iluminación semi oscura contrasta con esa tonalidad mencionada dando como resultado un ambiente frio y solitario que acentúa la actitud de desidia y abandono que al principio lleva el trio protagonista.

Y si bien la acción se inicia en Nochebuena y culmina con la llegada del Año Nuevo, los elementos de las festividades (arboles, luces de adorno, nacimientos, muñecos de Papa Noel, etc) brillan por su ausencia. LOS PADRINOS DE TOKIO no es un filme habitual de Navidad. El mensaje de amor y unión está presente, pero en ningún momento hay una exaltación de las fiestas ni de sus costumbres. Por el contrario, en el filme vemos muchas cosas anti navideñas: mafias, secuestros, intentos de asesinato, tentativas de suicidio… y toda esta muestra de miseria humana está rodeada de un aura de surrealismo que ayuda a que las escenas no produzcan aversión por las cosas fuertes que muestran. Además, está la típica comedia japonesa de anime: golpes, muecas, escenas de alucinaciones, etc que contrastan con la parte fría del cuadro. Una historia cómica donde el realizador enseña la realidad en las calles bajas de Tokio y que estas no cambian ni cambiaran por la magia navideña, una razón más de el por qué está ausente los elementos decorativos. Y esta historia cómica está servida con un ritmo que se mantiene sólido pese al cambio de tonalidades a lo largo de la película: pasamos del drama costumbrista al road movie, de la aventura a la acción policial y así en las demás escenas.

Los tres protagonistas se desenvuelven bien gracias a sus logrados retratos: Está el alcohólico vagabundo, un ex campeón deportivo caído en desgracia por las apuestas y el trago; el cantante travesti que ha dejado su carrera por un escándalo pero que aun así mantiene el optimismo y la alegría de vivir mientras ama secretamente al alcohólico y finalmente la adolescente que ha huido de la casa por casi asesinar a su padre, producto de una locura.  A pesar de sus opuestos puntos de vista, hay un buen contraste y complemento el uno con el otro quienes se unen más por el bebé, el cual resulta ser una recreación de la natividad: el niño Dios que llegó al mundo en medio de la pobreza para salvar a la humanidad de la miseria. De esta forma se percibe la humanidad de los personajes logrando sentirse identificados.

 

LOS PADRINOS DE TOKIO es solo una porción del cine de anime. No solo aventuras, samuráis, fantasía y ciencia ficción. El cine anime también cuenta con historias como la de este filme y que deben ser descubiertas para el público limeño. Esperemos que La Casona de Rick o incluso el Centro Cultural Peruano Japonés (que ya había hecho algunos ciclos en el pasado) continúen realizando estos pequeños festivales. Veamos qué sucederá en este 2019.

 

-Y así, pues – le pregunto al empedernido – ¿y qué vas a hacer después de ayudar a tus amigos de la parroquia?

 

-Tú sabes, hermano, recibir el 24, gozando, brindando y viendo mis clásicos QUE BELLO ES VIVIR, MILAGRO EN LA CALLE 34, SANTA CLAUS…

 

-¿LIMA 13, LA HERENCIA, NAVIDAD EN VERANO, el CASCANUECES de Alpamayo? – se burlaba el crítico.

 

-En Navidad no se pega, señores – intervengo – es su forma de celebrarlo, respétalo. A ti nadie te critica cuando pasas la navidad leyendo las reseñas de tu periódico.

Observo mi reloj y aviso que ya debemos retirarnos. Lo hacemos. Nos despedimos y cada uno se desea felicidades. Nos vamos a nuestras a casas para prepararnos para la cena y el brindis. Y desde aquí quiero desearles unas felices fiestas con sus familias y con sus películas favoritas de Navidad. Que la pasen muy cinematográficamente.

FELIZ NAVIDAD, SEGUIDORES DE CLUB CINE PERU.

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